viernes, 23 de julio de 2010

Sólo fue un sueño más. Un sueño increíble, inigualable, perfecto, soñado, que terminó perdido en mi memoria cuando el despertador sonó de repente, o el celular interrumpiendo como siempre, terminando con la noche y abriendo un día nuevo..
Siempre terminan mis sueños así, interrumpidos, interminables, como si la cinta del proyector se hubiera atorado y me hubiera dejado la película incompleta. Odio esos sueños en los que desearía volver a dormir y continuarlo donde lo dejé, seguir imaginando cosas imposible, en donde jamas lloro y siempre sonrió, y poder alguna vez disfrutar del final de una película creada por el misterio de mi mente.
Soñé con él, como siempre. Como esos días en los que nada sale bien y verlo en mis sueños es lo único que puedo sentir correcto, que es lo único que vale la pena.. Soñé con su rostro, con su voz, con los ojos que jamás entendí cuando tenía cerca, y que menos entiendo cuando lo veo en esos sueños. Con sus manos, y con el olor que deja siempre en mi suéter, cuando me siento abrazada por él.
Lo que me alivia es que no solo es un sueño, por que estas en mi realidad.

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