martes, 13 de julio de 2010

Así, la que hasta ayer te esperaba despierta, te cambia la cerradura;
La que te esperaba dormida, se compra portaligas;
La que veía siete telenovelas, se anota en siete cursos;
La que manejaba una empresa, se quiere ir a vivir a una tienda de campaña;
La que cuidaba a la suegra como a una madre, la interna en un geriátrico;
La flaca, se pone hecha una vaca y la gorda, baja veinte kilos.

En el medio, te van tratando de insatisfecha, ciclotímica, inmadura, egoísta y por supuesto, del peor de los insultos: ¡feminista…!

Pero no todo es negro: muchos de nuestros cambios son recibidos con gran alegría por aquellos que nos rodean, como nuestro nuevo marido o nuestro viejo terapeuta…

Y no fue fácil para nosotras las mujeres, descubrir que teníamos derecho a cambiar… Por largo tiempo pensamos, que lo mejor hubiera sido ser otra.

Hoy, que sabemos que hasta la más superada se come las uñas, estamos más contentas con nosotras mismas… Cambiando lo que no nos gusta y no sólo los pañales o el rouge… Y lo logramos…

En estos últimos años las mujeres cambiamos mucho.

Antes, sólo estábamos obsesionadas por conseguir un marido… Ahora además, estamos estresadas por exigirnos logros profesionales, trastornadas por la culpa que nos provoca la maternidad y desesperadas por combatir la celulitis…!!

ES BUUUENO SER MUJERRRRR porque…

Nos bajamos primero del Titanic…
Podemos asustar a nuestros jefes hombres con excusas de misteriosos desordenes ginecológicos..
Tenemos la habilidad de vestirnos solas y comprar nuestra propia ropa…
Podemos hablarle a la gente del sexo opuesto sin tener que imaginárnoslos desnudos…
Hay veces, en las que el chocolate, realmente puede resolver nuestros problemas…
Nunca nos arrepentiremos, de habernos perforado las orejas…
Podemos deducir como es alguien, con tan solo mirarle los zapatos…
Podemos hacer comentarios, sobre cuán tontos son los hombres en su presencia, porque de todas maneras no están escuchando.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

el perfume que lleva al dolor