domingo, 23 de agosto de 2009
Quien dijo que la nostalgia es un sentimiento retrogrado que pinta el pasado con colores favorables pero falsos? Debe de haber sido un amargado sin recuerdos queridos, pasados felices, juventud divino tesoro ni ilusiones, que, aunque hayas sido posteriormente frustradas, fueron ilusiones al fin. Es cierto que la nostalgia puede llevarnos a veces a la melancolia y alli si puede haber lugar para la tristeza por las cosas perdidas. Pero la nostalgia es otra cosa: tiene algo de rebeldia que la redime de otra cosatado cursi y plañidero. Tiene ademas el valor agregado del ejercicio de la memoria, tan degradada en estos tiempos. Porque para evocar hay primero que recordar y tratar de reconstruir en nuestro cerebro aquella dicha pasada, aquella inefable sensacion de paz, armonia y felicidad plena y sobre todo los motivos que hicieron de esos momentos algo para salvar del torrente adonde van a parar los recuerdos perdidos por irrelevantes o pòr demasiados penosos. Asi, como quien no quiere las cosa, uno va recuperando sensaciones que en su momento no se valoraron con fuerza y conviccion suficiente. A veces no hacemos trampa y maquillamos el pasado a nuestro antojo, pero por algo bueno sera que necesitemos subrayar la felicidad pasada. Quiza para volver a decirnos: "Fuiste capaz de ser feliz, por que no podes repetir esa dicha aunque el contexto sea diferente? Y es alli donde brota esa sana rebeldia de querer volver a intentar lo mejor de aquellos momentos". Esto nada tiene que ver con la estupidez humana de querer vivir en el pasado, en una especie de museo momificado que sobrevive a fuerza de naftalina y negacion. No confundamos la dulce nostalgia por cosas entrañables y espirituales con la añoranza enfermiza por modos y costumbres que no tienen cabida ni sentido en el mundo actual. Sin embargo, esto no debe tampoco llevarse al extremo de ridiculizar o mofarsede aquellos señores que se ponen de pie cuendo una mujer llega a una reunion, de esas personas de cualquier condicion dentro de la escala social que treatan de usted a los mayores aunque sean de la familia, que besan a padres y abuelos y que piden permiso para todo y perdon para las mas leve falta de cortesia. Esa gente no es nostalgica, ni retrograda ni pasada de moda: son seres respetuosos con los que da gusto convivir. O acaso no se gasta la misma energia y el mismo tiempo saludando a la gente que nos rodea en nuestra vida que dandoles vuelta la cara y tirando mala vibracion a diestra y siniestra? Tampoco podemos confundir la nostalgia por el tiempo pasado y ña juventud perdida con esos pateticos intentos de parecer de quince a los cuarenta, de treinta a los setenta y de cincuenta a los cien. Esos colagenos, siliconas y demas yerbas rejuenecedoras siempre negados a los consabidos: "No me hice nada, te juro.. un refresco nomas con un maquillaje especial que nutre la piel, viste?, pero cirugia? nada nada. Son engapichangas inocentes, infantiles, y complemente inutiles en el medio plazo, pues cuando se caem dejam al descubierto una demolicion mucho mas cruel que la del tiempo. Pero eso si: saquemonos el sombrero ante quellos que cuidando su dieta, practicando su gimnasia y queriendose un poquito sabem prolongar naturalmente lo mas lindo de la juventud qe no es la belleza sino el vigor: Dichosos de auquellos que conservsan la mente lucida para recordar con la precision que da el rigor y la dulzura que aporta la nostalgia todo lo bueno de una pasado que puede proyectarse a un presente sin cirugias pero con la misma necesidad de luz y armonia de aquella etapa en la que todos los planetas parecia estar de nuestro lado. A veces maquillamos el pasado a nuestro antojo, pero por algo bueno sera que necesitamos subrayar la feicdad pasada.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
el perfume que lleva al dolor
No hay comentarios:
Publicar un comentario